Valerón, entre el Deportivo de la Coruña y Las Palmas
Juan Carlos Valerón dedicó 20 años de su vida al fútbol profesional. Vivió ascensos, descensos, partidos épicos de Champions League, lesiones y grandes torneos con la selección española. Un cúmulo de experiencias que llenaron la carrera de un mediapunta repleto de talento y carisma.
Valerón comenzó y terminó en su casa, en Las Palmas. Su ascenso de 2ªB a 2ª en su primer año con el primer equipo le dio la confianza para afrontar su debut en la categoría de plata. El RCD Mallorca puso sus ojos en él y le dio la oportunidad de comenzar una nueva etapa en Primera División.
El proyecto de Héctor Cúper en un equipo recién ascendido fue una gran sorpresa. El Mallorca de los argentinos Roa, Amato y Mena encontró en Valerón los cimientos sobre los que construir un equipo que acabaría sorprendiendo a toda Europa. El quinto puesto en su primera experiencia en Primera provocó la salida de grandes nombres, entre ellos en el Valerón.
Valerón, rumbo a Madrid
Juan Carlos Valerón voló a Madrid, donde le esperaba el Atlético de Sacchi con Juninho, Molina o Solari. Un equipo que vivía de las reminiscencias del doblete y que se fue hundiendo poco a poco al infierno de Segunda. Dos temporadas y cinco entrenadores después el Atlético de Valerón y compañía acabó descendiendo.
El Atleti de finales siglo XX fue un equipo repleto de contrastes e irregularidades, capaz de ganar en el Bernabéu y de llegar a la final de Copa, pero incapaz de mantener la categoría. Poco después del descenso se confirmó el traspaso de Valerón a la que sería su segunda casa. Riazor y el Deportivo de la Coruña le estaban esperando.
Juan Carlos Valerón, el fichaje más caro del Deportivo de la Coruña
Con el comienzo de siglo y de milenio, Valerón se iba al Deportivo de la Coruña como el fichaje más caro de su historia hasta el momento. Unos 2.500 millones de pesetas pagaba el conjunto de Lendoiro al recién descendido Atlético de Madrid.
Trece temporadas vivió el gran canario el Coruña. Allí conoció todas las caras del fútbol. La victoria la consiguió nada más llegar, conquistando una Supercopa y una temporada más tarde ganando la famosa Copa del Rey del Centenariazo.
El cariño y vínculo de Valerón con la grada de Riazor fue creciendo año tras año. A medida que las grandes estrellas del conjunto coruñés iban desapareciendo del panorama, Valerón crecía. Sus pases medidos al hueco, su quiebro en seco para clavar al defensa y dar el pase a su compañero se convertían en pequeños homenajes que el gran canario regalaba a su afición. Mientras, poco a poco, el éxito del Deportivo de la Coruña se iba apagando.
Las llegadas de las lesiones
Para el 2006 fue en año para olvidar. Su rotura de ligamentos le impidió ir al Mundial de Alemania y pocos meses después el menisco terminó por rematar al gran canario. Dos temporadas (la 2006/07 y la 2007/08) en las que apenas pisó el terreno de juego.
A sus 33 años, Valerón volvió sin esa velocidad, pero seguía con la visión de juego que le había permitido ser uno de los mejores creadores de juego de la Liga. Se sumó de nuevo al reto de meter al Deportivo en competiciones europeas, aunque acabó descendiendo a Segunda.
El Deportivo de Oltra, con Valerón como líder, consiguió el ascenso un año después. Valerón ya tenía su hoja de ruta, con 36 años quería jugar un último año en el Deportivo y después volver al equipo de su tierra para jugar en Primera.
Valerón, entre dos tierras
Ese último de Valerón en el Deportivo de la Coruña culminó con un nuevo descenso. El tercero en la carrera de Valerón. El gran canario llegó a un equipo de Champions y se fue con el equipo divagando entre Primera y Segunda. Se marchó con el cariño de toda la grada de Riazor, como símbolo de los últimos grandes años de ese Deportivo que competía Ligas y Copas con Real Madrid y Barcelona.
Se marchó a su casa, a Las Palmas, se había convertido en un ídolo en Coruña, y llegó siendo un referente a Las Palmas. Con el objetivo claro de conseguir el ascenso, Valerón disputó dos temporadas en Segunda antes de lograr terminar su carrera en Primera, con el equipo que le vio crecer. Una última temporada plácida entre los mejores de España le bastó para dar por terminada su carrera.