Michael Owen, un balón de oro maldito
Michael Owen ganó el Balón de Oro en 2001
Michael Owen es uno de esos jugadores que parecen que van a marcar una década en el fútbol pero se quedan en el camino. Un jugador que irrumpió en el Liverpool de Fowler y McManaman de una manera desmesurada. Fue el máximo goleador de la Premier League dos temporadas consecutivas con 18 y 19 años e hizo soñar a la selección inglesa en el Mundial de Francia 98.
En Francia 98, Michael Owen marcó uno de los mejores goles de la historia de los mundiales. Un tanto que define a la perfección sus cualidades. Velocidad, agilidad y sangre fría a la hora de encarar al portero. Tres cualidades que le llevaron a ser conocido como el Golden Boy y a ganar el Balón de Oro en 2001. Justo por delante de Raúl González en las votaciones.
Tras 9 temporadas, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa la estrella del Liverpool fichó por el Real Madrid. A sus 25 años llegaba a la capital de España como el nuevo galáctico de Florentino Pérez y eso le acabó pesando.
Michael Owen el nuevo galáctico
Michael Owen aterriza en Madrid en un equipo plagado de estrellas, pero tremendamente descompensado. Su única temporada en Madrid sería un fracaso tanto a nivel de equipo como personal. El porcentaje goleador del inglés descendió de un 0,5 a un 0,36 goles por partido y el Real Madrid de Zidane, Ronaldo, Figo y Beckham se fue de vacío esa temporada.

Una temporada que ninguno de los tres entrenadores que tuvo Michael Owen fue capaz de enderezar el rumbo de un equipo plagado de estrellas. Tras una temporada extraña en la carrera Owen, decidió volver a Inglaterra y el Newcastle pasó a ser su nuevo equipo.
Vuelta a Inglaterra
El Newcastle buscaba un sustituto para Shearer que a sus 35 años veía como se le acababa el fútbol. Michael Owen fue la gran apuesta de la directiva para sustituir a uno de los grandes delanteros de Inglaterra en la década de los 90 y princios del 2000, pero las lesiones se cebaron con Owen.
Owen fue un jugador que apenas se lesionó hasta llegar al Newcastle. Una rotura del ligamento cruzado le mantuvo casi dos temporadas fuera del equipo. Su dos primeros años en el equipo del norte de Inglaterra fueron casi testimoniales y el Golden Boy jugó 14 partidos en dos temporadas. Es sí, sus apariciones le sirvieron para recuperar el porcentaje goleador (0,50) que había perdido en el Real Madrid.

Tras el calvario de las lesiones Michael Owen volvió con mayor regularidad a la titularidad, pero las lesiones le habían marcado. No llegó a las cifras goleadoras que se esperaba de él y el Newcastle acabó descendiendo en la temporada 2008-09.
El 7 del United
Pese al descenso de las ‘urracas’ , el Manchester United se fijó en Owen para cubrir la salida de Cristiano Ronaldo. Así que acabó llevando de nuevo el número 7 del crack portugués. Esto no sería más que una curiosidad, puesto que el rol de Owen en este Manchester United era secundario. Con Rooney y Berbatov en la punta de ataque, el delantero inglés apuraba sus opciones desde el banquillo.
Los 5 goles que consiguió en tres temporadas no le valieron para pelear un puesto en el once, pero formar parte de esa plantilla le permitió ganar la ansiada Premier. Las continuas lesiones de Owen no le permitieron empujar para poner en apuros a la dupla Rooney-Berbatov. Así que acabó saliendo.
Tras una temporada en el Stoke, Owen se retiró. Crouch se hizo con el puesto de delantero titular. El Golden Boy no era un chico y no era de oro. Su velocidad se había esfumado, su agilidad se había escapado entre lesión y lesión y las oportunidades no le llegaban. Así que Owen colgó las botas, esas que habían marcado 219 goles con sus clubes y 40 con su selección.